Sobre la emblemática calle Orizaba, frente a la Parroquia de la Sagrada Familia y a pocos metros de la Plaza Río de Janeiro, se alza una casona con historia y carácter. Su arquitectura porfiriana y detalles artesanales destacan entre los árboles y el ritmo urbano del corazón de la Roma.
Desde sus balcones se contempla el vaivén de una colonia vibrante, creativa y profundamente viva. Rodeada de galerías, cafés y cultura, esta esquina es un refugio lleno de encanto.
Un lugar donde el pasado y el presente dialogan en armonía.